En el Imperio del kirchnerismo, con el Futbol para Todos y los mercenarios cazarecompensas Gvirtz, Szpolski, Victor Hugo, Barone y compañía, se intenta imponer ante la opinión pública el término “Periodismo Militante”, como una expresión inofensiva de la labor periodista.
Pero para desenmascarar tal impostura mediática, pasemos a analizar el significado de estos dos términos éticamente incompatibles:
Por un lado, el verdadero PERIODISMO es realizado por el profesional de la información; una persona que basa su credibilidad en la manera en que informa y analiza la realidad, de forma particular e intentando ser lo mas objetivo posible. Labor que lo lleva inevitablemente a ser el contrapeso del poder político del gobierno de turno si este incurriera en abusos de poder, violaciones a los derechos del pueblo o deviniera corrupto.
Por el otro lado, y pensando en el calificativo MILITANTE, podemos decir que la militancia política no se diferencia mucho de la castrense, en donde la principal regla es la obediencia ciega a la cadena de mando, sin lugar a cuestionamientos ni a pensamientos libres.
Así es fácil de entender por qué este gobierno de tintes fascistoides se empeña en mantener una legión de Periodistas Militantes, dispuestos a ser la carne de cañón del belicismo mediático, en donde el enemigo es todo aquel periodista que se atreva a reconquistar los terrenos expropiados a la verdad.
No se equivocaba Andrew Vachss al decir…
“El periodismo es la protección entre la gente y cualquier clase de regla totalitaria. Es por eso que mi héroe, obviamente dañado, es periodista”